lunes, 4 de mayo de 2009

Métodos de supervivencia: El frío

En las zonas frías, como el ártico o la alta montaña, la primera necesidad para sobrevivir es protegerse del frío.
Los peligros que acechan al superviviente son:

HIPOTERMIA:

La hipotermia es un descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35º provocado por una exposición excesiva a las bajas temperaturas. El viento fuerte, las ropas mojadas o la inmersión en el agua pueden agravar los efectos del frío. También la mala alimentación, el agotamiento, la extrema delgadez o el uso de una ropa poco adecuada pueden ayudar a la aparición de la hipotermia.

Sus síntomas varían en función de la gravedad, y en ocasiones puede ser difícil de diagnosticar. La hipotermia puede sobrevenir rápidamente o irse desarrollando a lo largo de horas. Los síntomas más frecuentes son cambios súbitos de humor y energía, falta de concentración y lentitud en las respuestas, temblores, palidez, pérdida de agilidad en las extremidades.

El tratamiento consiste en proteger al paciente de nuevas pérdidas de calor introduciéndolo en un refugio que lo proteja del viento y la lluvia. Hay que aislarlo también de la frialdad del suelo y ponerle ropa seca. Envolveremos al paciente en mantas y capas impermeables y aplicaremos calor con piedras calentadas en la hoguera. Hay que mantener al paciente en posición los más horizontal posible, y si hay que moverlo se hará con mucho cuidado.

CONGELACIÓN:

Se produce cuando el frío intenso provoca la formación de cristales de hielo bajo la piel. Las partes del cuerpo más expuestas son las manos, los pies y el rostro, especialmente los dedos, orejas y la nariz. Puede provocar importantes lesiones e incluso la pérdida de miembros y la muerte.

La forma de prevenir la congelación es ir provistos de unas buenas botas y calcetines térmicos, guantes y manoplas adecuados, gorros y máscaras y bufandas que cubran la mayor parte del rostro. Hacer muecas y mover los dedos ayudará a activar la circulación sanguínea y a detectar la congelación en los primeros estadios. En su estado inicial, la congelación se manifiesta con pinchazos y entumecimiento de la zona congelada. La piel está muy fría y adquiere un aspecto blanquecino.

Para evitar que la situación se agrave, se procederá a calentar al afectado aplicándole calor corporal o de otra fuente. Si la congelación es en las manos se colocarán en los muslos o en las axilas, si es en los pies se los calentará un compañero colocándolos en su vientre. El rostro, orejas, nariz los calentaremos con nuestras manos (pero sin frotar). Mientras no esté en manos de médicos le procuraremos calor y abrigo en un refugio, le daremos comida y bebida calientes y le quitaremos cualquier prenda que pudiera impedir la circulación sanguínea hacia la zona congelada.

CEGUERA POR NIEVE:

Se produce cuando la intensidad de los rayos solares, reflejados por el hielo y la nieve, especialmente cuando el sol está en los alto, lesiona los ojos. Se manifiesta con sensibilidad a la luz (hay que entrecerrar los ojos para mirar) parpadeo, lagrimeo. Más adelante aparece inflamación, enrojecimiento e incluso ceguera.
Es muy fácil prevenir la ceguera producida por la nieve utilizando unas gafas de sol adecuadas. Si no disponemos de ellas podemos improvisarlas con corteza de árboles o pintando de negro con ceniza o un corcho quemado alrededor de los ojos.El tratamiento consiste en procurar oscuridad, vendando los ojos si es necesario. Si duelen los ojos se pueden aliviar aplicando paños mojados sobre ellos y sobre la frente.

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