Es
una enfermedad neurológica hereditaria y muy poco frecuente, que se
basa en una compleja alteración genética, en la que el afectado
sufre un insomnio progresivo, que no se puede tratar con fármacos, y
que llega a alterar el funcionamiento del sistema nervioso central,
hasta que al cabo de meses, o unos pocos años, ocasiona la muerte
del paciente.
Actualmente no existe tratamiento ni cura para esta enfermedad. Los medicamentos comunes para tratar el sueño no son efectivos y, aún peor, deterioran más la condición del paciente.
El
insomnio se produce debido a una alteración permanente e
irreversible del ciclo vigilia-sueño, que se caracteriza por la
incapacidad del paciente para desarrollar un patrón cíclico
fisiológico propio del sueño NO REM y REM, la persona logra un
estado de letargo que no permite descanso.
El insomnio se acompaña de delirios, alucinaciones y alteraciones de la conducta durante la noche, mientras que el paciente puede dormirse, incluso bruscamente (como sucede típicamente en la narcolepsia) durante el día. Las pupilas se contraen, aumenta la presión sanguínea, presenta sudoración. El enfermo llega a un estado de agotamiento donde pierde la homeostasis (equilibrio interno), no puede hablar, ni caminar. Pero su mente es capaz de pensar y darse cuenta de lo que pasa a su alrededor. Después de ocho meses, la fase final del insomnio lleva a un coma profundo y sin retorno.
El insomnio se acompaña de delirios, alucinaciones y alteraciones de la conducta durante la noche, mientras que el paciente puede dormirse, incluso bruscamente (como sucede típicamente en la narcolepsia) durante el día. Las pupilas se contraen, aumenta la presión sanguínea, presenta sudoración. El enfermo llega a un estado de agotamiento donde pierde la homeostasis (equilibrio interno), no puede hablar, ni caminar. Pero su mente es capaz de pensar y darse cuenta de lo que pasa a su alrededor. Después de ocho meses, la fase final del insomnio lleva a un coma profundo y sin retorno.
Actualmente no existe tratamiento ni cura para esta enfermedad. Los medicamentos comunes para tratar el sueño no son efectivos y, aún peor, deterioran más la condición del paciente.
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