LAS ROCAS VOLCÁNICAS DEL DESIERTO DE ATACAMA DAN MÁS PISTAS SOBRE LA VIDA EN MARTE.

Un equipo internacional ha descrito por primera vez las comunidades de microorganismos presentes en las rocas del desierto de Atacama. El desierto de Atacama se encuentra en Chile y es uno de los mejores lugares en la Tierra para entender las condiciones de extrema aridez de Marte y el terreno perfecto para investigar las estrategias de adaptación y supervivencia de los seres vivos en este tipo de ambientes. Muchas áreas de este desierto están cubiertas por mantos de rocas formadas por ignimbrita, que son producto de nubes ardientes asociadas a la actividad volcánica de la cordillera de los Andes. 

La bioreceptividad, (capacidad que tienen los materiales para ser colonizados por los microorganismos) de las rocas depende de las características físicas y químicas del sustrato rocoso. En el caso de las ignimbritas, su porosidad amortigua las fluctuaciones extremas de la temperatura y permite la retención de humedad, aunque la lluvia es bastante escasa en el desierto de Atacama. 

Otras características de este tipo de rocas volcánicas es que su interior poroso ofrece protección frente a la radiación ultravioleta y el exceso de luz visible, al tiempo que garantiza la existencia de luz para la fotosíntesis.

Estos hallazgos podrían servir para buscar vida en Marte debido a la abundancia de depósitos volcánicos que cubren la superficie de este planeta. Es más, se han encontrado en Marte algunas rocas con características muy similares a las ignimbritas en el cráter Gale.

Las comunidades endolíticas son organismos que viven en el interior de las rocas. La extremada aridez de este desierto impide que los organismos vivan durante un largo período si tienen un elevado nivel de tolerancia a la desecación, como por ejemplo las cianobacterias. Los investigadores se han dado cuenta de que las cianobacterias de ignimbrita soportan más de nueve meses las condiciones que se dan en el desierto de Atacama.

Además de permitir el metabolismo microbiano bajo condiciones extremas, las ignimbritas acumulan en sus poros biomarcadores tras la muerte de la colonia microbiana y  proporcionan información sobre la vida en el pasado.
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