La función principal del refugio es protegernos de los peligros del medio ambiente. Un calor extremo puede producir un golpe de calor; por el contrario, el exceso de frío produce hipotermias y congelaciones. En las zonas pantanosas nos pueden devorar los mosquitos y si nos mojamos mientras dormimos podemos coger una pulmonía, aparte de la incomodidad, la ausencia de descanso y el golpe moral que esto supone.
Un buen refugio, además de protegernos de los elementos anteriores, proporciona comodidad, seguridad y firmeza psicológica. El tipo de refugio que construyamos dependerá de nuestras necesidades, del tiempo que vamos a permanecer en ese lugar y de las herramientas de las que dispongamos. Siempre deberíamos incluir en nuestro equipaje:
• una buena navaja o un cuchillo de monte y una lámina de plástico de 2x2 metros o similar que ocupa y pesa poco y nos proporciona un techo impermeable. Si el peso no importa, también podemos incluir un hacha pequeña o un machete.
• fosforos.
Dónde establecernos• Para situar el campamento escójase dentro de lo posible una zona seca, en una protuberancia, no en la zona más baja de la zona, de esa manera evitaremos el agua de inundación y tendremos una mejor perspectiva de la zona en la que nos encontramos.
• Evitaremos las zonas cercanas a las laderas, pues suponen un riesgo en caso de lluvia.
• Ha de quedar lejos de pantanos, ciénagas, en suma de aguas retenidas, pero no demasiado lejos de algún manantial o río, que nos servirá de reserva de agua fresca.
El lecho
En posición tumbada, el cuerpo pierde el 80% del calor por el suelo. Es una parte fundamental de nuestro refugio. Debe de ser blando, seco, horizontal y caliente.
Refugios improvisados
Son los que construimos con los materiales que encontramos en la naturaleza o que llevamos en nuestro equipaje.
Según las circustancias puede haber distintos tipos de refugios:
Refugio con una lámina de plástico
Si disponemos de una lámina de plástico suficientemente grande podemos improvisar un refugio tendiendo una cuerda entre dos árboles y colocando la lámina como una tienda de campaña clásica. En los extremos envolveremos unas piedras que luego sujetaremos con unas orquillas de madera o las anudaremos y las afirmaremos con cuerdas y piquetas improvisadas con unos palos de madera resistente. Si cavamos una zanja alrededor evitaremos que nos anegue el agua en caso de tormenta.
Refugio con un bote salvavidas
Un bote salvavidas vuelto del revés y elevado por un lateral con ayuda de unos palos constituye un refugio excelente.
Refugio con un bote salvavidas
Un bote salvavidas vuelto del revés y elevado por un lateral con ayuda de unos palos constituye un refugio excelente.
Refugio con un árbol caído
Hay que cortar algunas ramas para hacer una oquedad en la copa caída. Es un refugio acogedor y, si el árbol es frondoso, nos protegerá del viento, pero no de la lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario