Aunque parezca que vamos a hablar de extrañas criaturas mitológicas, en realidad hoy explicaremos unos raros y fugaces fenómenos meteorológicos que se producen en la alta atmósfera y solo cuando hay potentes tormentas eléctricas. Estas no solo producen rayos, relámpagos y truenos; también generan unos increíbles destellos luminosos por encima de las mismas nubes que pueden extenderse desde 40 hasta casi 100 kilómetros sobre el suelo, de ahí que sean tan difíciles de ver y de captar en imágenes puesto que, además, apenas duran unos milisegundos. Son como una maraña de rayos que, desde la cima de las tormentas, parecen querer escapar hacia el espacio exterior. Hace muchos años, los pilotos de la NASA que salían en misión espacial ya se dieron cuenta de estos fogonazos luminiscentes que se producían por encima de las tormentas y se les empezó a llamar eventos transitorios luminosos.
Al estudiarlos con más detenimiento se pudo observar que presentaban diferentes formas, colores y alturas. Por su carácter misterioso se les puso nombres tan curiosos como elfos, duendes y chorros. Por ejemplo, los elfos tienen forma de un anillo de luz verde similar a un disco aplastado. Son como ondas en expansión que salen disparadas a la velocidad de la luz con un color muy brillante. Los duendes son flases luminosos de color rojo, de forma similar a una medusa que se producen en la mesosfera, a unos 80 km de altura; y los chorros azules son conos de luz azulada, que saltan de la parte superior de la tormenta y se forman prácticamente al mismo tiempo que los duendes, pero a más baja altura.
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